Aguascalientes bajo el PAN rompe récords de narcomenudeo: el estado supera incluso a Guerrero y Jalisco mientras el gobierno insiste en negar la crisis

El narcomenudeo crece más de 20% en un año, rebasa a estados mucho más grandes y deja en evidencia la ausencia de estrategia del PAN. Aguascalientes vive una expansión del crimen que las autoridades no solo no controlan: ni siquiera reconocen.

11/20/20252 min read

Aguascalientes volvió a aparecer en los indicadores nacionales, pero no por razones positivas. Entre enero y octubre de 2025 el estado acumuló 2,260 carpetas de investigación por narcomenudeo, una cifra que no solo supera por más de veinte por ciento lo registrado en 2024, sino que además coloca al estado por encima de entidades con mucha mayor población como Guerrero y Jalisco.
Este crecimiento revela un fenómeno que se ha venido gestando durante los gobiernos panistas: el avance silencioso del crimen organizado mientras la autoridad presume logros imaginarios.

El comportamiento del delito no deja espacio para interpretaciones cómodas. Mes tras mes, Aguascalientes reporta más de 200 carpetas nuevas, algo que solo ocurre en estados con presencia consolidada de grupos criminales. Enero encabezó con 274 investigaciones, seguido de agosto y febrero con más de 240 cada uno. Esta constancia en los números muestra que el narcomenudeo no es un problema aislado, sino una actividad que opera con plena libertad en barrios, colonias y zonas comerciales, mientras la autoridad panista se mantiene en una posición reactiva y desconectada.

Pero este delito no está solo. La fotografía completa es aún más inquietante:
robo sigue siendo imparable con 7,783 carpetas;
lesiones dolosas alcanzan más de 2,800;
fraude supera las 2,300;
daño a la propiedad rebasa las 4,100;
violencia familiar continúa creciendo con más de 2,300 casos;
y amenazas acumulan 2,507 carpetas.

Todos estos números, lejos de interpretarse de manera aislada, confirman lo que la ciudadanía vive cada día: un estado que era conocido por su tranquilidad está perdiendo el control, y la administración panista no ha sabido detener la tendencia.

Lo más preocupante es que, aun con estos incrementos, el discurso oficial continúa minimizando la realidad, insistiendo en que “la estrategia funciona”, cuando los datos evidencian todo lo contrario. La situación en Aguascalientes es atípica a nivel nacional y alarmante en el plano local: un estado pequeño con cifras de narcomenudeo comparables a las de entidades donde operan cárteles consolidados.

Mientras tanto, las comunidades sienten cada vez más el impacto: más puntos de venta, más robos asociados al consumo, más violencia doméstica vinculada al deterioro social y un tejido comunitario que se erosiona a la vista de un gobierno que prefiere hablar de estabilidad antes que enfrentar la crisis.

El mensaje que dejan las cifras es claro: Aguascalientes necesita una estrategia real, no discursos del PAN que intentan tapar el sol con un dedo. Porque mientras la autoridad insiste en que “todo está bajo control”, la calle dice exactamente lo contrario.