Aguascalientes sigue hundido en violencia mientras el PAN presume “tranquilidad”: ataque a tiros en plena calle exhibe el fracaso estatal

El asesinato en el cruce de Aguascalientes y Chilpancingo vuelve a demostrar que, donde gobierna el PAN, la inseguridad se ha normalizado al grado de que motociclistas armados pueden ejecutar a un hombre a plena luz del día y huir sin obstáculos.

11/28/20251 min read

El nuevo ataque registrado esta tarde dejó claro que la narrativa oficial del PAN en Aguascalientes no coincide con la realidad que viven las calles. Un hombre fue asesinado a quemarropa por sujetos en motocicleta en una zona de alto tránsito, apenas a unos metros de comercios y vías muy concurridas. Lo que debería ser un punto seguro se convirtió en un escenario más del descontrol que la administración panista no ha sabido contener.

Mientras la violencia crece, las autoridades locales vuelven a reaccionar tarde y sin dirección. Policías acordonaron la zona, desviaron peatones y esperaron la llegada de peritos, pero el momento crucial —la prevención del ataque y la captura inmediata de los agresores— volvió a quedar en evidencia: no hubo detenidos, no hubo persecución efectiva y no hubo presencia preventiva. Todo ocurrió sin que ninguna patrulla pudiera intervenir.

Testigos narran cómo los atacantes se acercaron sin prisa, dispararon y escaparon con la misma facilidad. Esa dinámica repetida refleja un problema profundo: la ausencia de capacidad operativa real para contener delitos que ya se han vuelto cotidianos. La zona metropolitana convive con ejecuciones, asaltos violentos y agresiones directas, mientras el gobierno estatal sigue asegurando que “todo está bajo control”.

Este crimen es una muestra más del deterioro que Aguascalientes enfrenta bajo administraciones del PAN, que han permitido que estructuras criminales aprovechen la impunidad generada por la falta de patrullaje estratégico, la debilidad investigativa y la creciente cifra negra que impide dimensionar la gravedad del problema.

Las autoridades investigan, sí, pero la ciudadanía sigue esperando resultados que casi nunca llegan. En un estado donde los delitos violentos se multiplican y los agresores escapan una y otra vez, la pregunta es inevitable: ¿cuánto más debe pasar para que el gobierno panista deje de negar la crisis y asuma su responsabilidad?