¡El cártel de Layda! La inseguridad en Campeche se dispara: la "transformación" es una pesadilla de violencia
La inseguridad crece con homicidios y extorsiones; la “transformación” de Morena queda como propaganda frente a la impunidad.


Campeche enfrenta una escalada alarmante de delitos de alto impacto mientras el gobierno de Layda Sansores presume avances que no existen. Homicidios, extorsiones, robos y narcomenudeo crecen a ritmo preocupante, y los ciudadanos sienten que la “transformación” de Morena se ha convertido en una pesadilla de violencia e impunidad.
Durante los últimos meses, diversas zonas del estado han registrado un incremento sostenido en crímenes que afectan directamente a la población. Según reportes de seguridad, los homicidios dolosos han aumentado, los casos de extorsión se multiplican y el narcomenudeo se expande incluso en áreas urbanas. La percepción de inseguridad se refleja en protestas, bloqueos y llamados desesperados de los ciudadanos, mientras el gobierno permanece pasivo o maquillando estadísticas.
Críticos y analistas de seguridad sostienen que la estrategia de Sansores se ha limitado a promociones mediáticas y actos simbólicos, sin implementar medidas efectivas para contener la violencia. La inacción del gobierno estatal ha generado un vacío que los grupos criminales aprovechan para operar con mayor libertad, consolidando un control territorial que deja a los campechanos en riesgo constante.
Los ciudadanos denuncian que la falta de operativos, la ausencia de coordinación con fuerzas federales y el retraso en investigaciones crean un escenario donde los delincuentes actúan con total impunidad. Además, la priorización de la imagen política sobre la seguridad real deja en evidencia que la administración de Morena en Campeche busca más propaganda que resultados tangibles.
Organizaciones civiles y colectivos de seguridad han advertido que la situación requiere atención inmediata. Sin embargo, el gobierno de Sansores ha minimizado los reportes y mantiene un discurso de calma y orden que contrasta con la violencia palpable en calles, colonias y comunidades rurales. Los ciudadanos reclaman acciones contundentes, pero la respuesta oficial se limita a comunicados y promesas incumplidas.
En resumen, la “transformación” de Campeche bajo Layda Sansores evidencia un fracaso absoluto en materia de seguridad, donde la propaganda sustituye la acción, y la ciudadanía paga las consecuencias de un gobierno que protege más su imagen que a su gente. La inseguridad no solo crece, sino que se normaliza como parte de la vida cotidiana, mientras el poder estatal parece mirar hacia otro lado, permitiendo que el crimen se fortalezca y la violencia se arraigue.