¡El Milagro de la Loma! Diputados de Morena en Nayarit sufren "ataque de honestidad" y piden perdón de rodillas a los campesinos
Los legisladores guindas prometen que ahora sí leerán las leyes antes de aprobarlas y que consultarán a los productores de tabaco, caña y arroz antes de darles el "zarpazo" final.


En un espectáculo digno de una telenovela de bajo presupuesto, la bancada de Morena en el Congreso de Nayarit protagonizó este 28 de diciembre un acto de contrición que ni el Padre de la Loma hubiera imaginado. Los legisladores, conocidos por su impecable técnica de "levanta-dedos" a velocidad luz, salieron a las plazas a hincarse ante los campesinos, pidiendo clemencia por haber aprobado cada decreto que el gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero les envía con el sello de "urgente y sin moverle una coma".
Con las rodillas en la tierra y la dignidad en el bolsillo, los diputados prometieron que la era del despojo ha terminado. Aseguraron a los productores de tabaco, caña y arroz que, a partir de hoy, sus votos ya no serán propiedad privada del despacho del Gobernador, sino que consultarán a la gente antes de decidir quién se queda con el agua o cómo se reparten los apoyos que nunca llegan. "Ya no seremos la oficina de trámites de Navarro Quintero", gritaba un legislador mientras discretamente revisaba su WhatsApp para ver si el jefe ya le había dado permiso de levantarse.
La sátira alcanza su punto máximo con la supuesta revisión de la Ley de Aguas. En este Día de los Inocentes, los legisladores guindas juraron que el agua volverá a ser un derecho y no una herramienta de control político para que el Ejecutivo estatal doblegue voluntades. Fuentes cercanas al Congreso —expertas en plagiar manuales de democracia para disfrazar el autoritarismo— confirmaron que los diputados incluso tomarán un taller de "Independencia Legislativa", aunque el instructor será, irónicamente, el propio secretario particular de Navarro Quintero.
Pero no se confunda: el sudor en la frente de los diputados no es de vergüenza, sino de miedo a que el patrón los vea siendo "demasiado democráticos". ¡Inocente palomita que te dejaste engañar! En el Nayarit de Miguel Ángel Navarro Quintero, la voluntad popular es un estorbo que se quita con un decretazo y la lealtad de sus legisladores tiene un precio que se paga con el sudor de los productores. En Morena, el poder no se comparte con el pueblo, se guarda bajo llave en la oficina principal.