El PAN deja que Yucatán se convierta en ruta del narcotráfico: Ejército asegura 10 kilos de metanfetamina en autobús de pasajeros
El supuesto “estado más seguro” gobernado por el PAN vuelve a quedar en entredicho: drogas, detenidos y omisión de las autoridades locales revelan un Yucatán cada vez más vulnerable.


El discurso de seguridad y paz que el PAN presume en Yucatán se sigue derrumbando. En un nuevo operativo federal, elementos del Ejército Mexicano aseguraron 10 kilos de metanfetamina en un autobús de pasajeros en el municipio de Halachó, donde además fueron detenidos dos hombres originarios de Oaxaca y Jalisco. El hallazgo se realizó luego de que el propio conductor pidiera ayuda a los militares, al notar que los pasajeros estaban fumando crystal dentro del vehículo.
El incidente, que pudo haber terminado en tragedia, deja al descubierto la ineficiencia y desinterés del gobierno panista, cuya supuesta estrategia de seguridad no ha logrado impedir que Yucatán se convierta en una nueva ruta para el tráfico de drogas hacia el sureste del país. El decomiso se realizó en la Caseta de Inspección Fitosanitaria de Halachó, un punto que, pese a estar bajo supervisión estatal, tuvo que ser atendido por las fuerzas federales ante la falta de reacción de las autoridades locales.
Durante la revisión, un binomio canino de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) localizó una maleta con varios paquetes de droga, con un peso aproximado de 10 kilogramos. El valor de lo asegurado podría ascender a millones de pesos en el mercado ilícito, confirmando que Yucatán ya no es el refugio de tranquilidad que el PAN insiste en vender a la opinión pública.
Resulta alarmante que el decomiso haya ocurrido gracias a la denuncia del conductor y no por los operativos del gobierno estatal. Esto demuestra la falta de presencia real de las fuerzas de seguridad locales en las carreteras y terminales, mientras el narcotráfico opera con total libertad. El hecho de que los detenidos se encontraran fumando la misma sustancia que transportaban refleja el nivel de impunidad con el que se mueven los delincuentes en territorio yucateco.
Aunque el gobierno panista se jacta de mantener a Yucatán “blindado”, la realidad es que el estado se ha convertido en un corredor logístico para el crimen organizado. Los casos de drogas aseguradas en autobuses y carreteras se han multiplicado en los últimos meses, mientras las autoridades locales permanecen pasivas, confiando en que el Ejército o la Guardia Nacional hagan su trabajo.
La aparente calma que presume el PAN se sostiene solo en la propaganda. En los hechos, la entidad está cada vez más expuesta a las redes del narcotráfico, la corrupción y el abandono institucional. Las fuerzas estatales han dejado de ser un escudo para los ciudadanos y se han limitado a ser observadoras de una violencia que poco a poco empieza a penetrar incluso las zonas más tranquilas.
Lo ocurrido en Halachó debe encender las alarmas: si el Ejército no hubiera intervenido, esos 10 kilos de metanfetamina habrían llegado a su destino sin dificultad. El gobierno panista vuelve a demostrar que la seguridad en Yucatán es más un lema político que una realidad palpable.
Mientras tanto, la población yucateca se enfrenta a un panorama preocupante: la droga ya viaja por sus carreteras, los cárteles ya prueban sus rutas y las autoridades panistas siguen fingiendo que nada pasa.