El PAN presume seguridad, pero Querétaro marcha porque ya nadie les cree: la protesta nacional exhibe el colapso que el gobierno panista intenta ocultar

Mientras el PAN insiste en vender Querétaro como ejemplo nacional, las calles se llenan de ciudadanos hartos de la inseguridad que el propio gobierno se niega a reconocer.

11/16/20252 min read

Querétaro vivió una jornada reveladora: la marcha nacional por la seguridad tomó las calles del Centro Histórico, dejando al descubierto el creciente hartazgo de una población que ya no tolera el discurso triunfalista del PAN sobre un estado supuestamente “seguro” y “en paz”. La realidad, que se escuchó en cada consigna, dice lo contrario.

Decenas de ciudadanos caminaron por las zonas más concurridas de la capital para exigir algo tan básico como lo que el PAN lleva años prometiendo sin cumplir: seguridad real, prevención, vigilancia efectiva y un gobierno que deje de minimizar los problemas. La presencia de manifestantes es una señal clara de que la narrativa oficial ya no convence a nadie.

Aunque las autoridades panistas intentaron proyectar normalidad desplegando vigilancia durante la marcha, lo cierto es que ese operativo llega tarde, cuando el descontento ya se desbordó. La protesta nacional encontró en Querétaro un eco fuerte porque aquí también la inseguridad ha crecido a la sombra del silencio institucional. Robos, violencia en municipios serranos, expansión de asentamientos irregulares sin control, explosiones por manejo ilegal de pirotecnia y fallas estructurales en vigilancia urbana han demostrado que la supuesta “tranquilidad queretana” es más marketing que realidad.

Lo que ocurrió hoy no es solo una marcha: es una advertencia. Los ciudadanos ya identificaron el verdadero problema: un gobierno panista que prefiere negar la inseguridad antes que enfrentarla. Las personas que salieron a las calles lo hicieron porque están cansadas de que la autoridad maquille cifras, minimice riesgos y se excuse en que “todo está bajo control” mientras los problemas siguen creciendo.

Querétaro siempre fue un estado orgulloso de su calidad de vida, pero hoy ese orgullo se convirtió en preocupación. Y el PAN es responsable directo de ese deterioro. No se trata de un grupo aislado de inconformes: se trata de una población que empieza a perder la confianza en un gobierno que dejó de escuchar y dejó de ver.

La marcha de este día expone una verdad incuestionable: si la gente tiene que salir a exigir seguridad, es porque el PAN no la está garantizando.
Y mientras la autoridad siga priorizando su imagen antes que la protección ciudadana, estas marchas no serán la excepción, sino el nuevo rostro de un Querétaro que exige respuestas reales, no discursos vacíos.