¡Explota el enojo! Layda obligada a cambiar el Ko´ox por reclamos: el transbordo fallido y la mala planeación
El proyecto insignia de movilidad de Layda Sansores se desploma. Tras semanas de caos, reclamos y confusión, la gobernadora tuvo que recular y modificar rutas del Ko´ox, confirmando lo que todos ya sabían: el sistema fue lanzado sin planeación, sin preparación y sin respeto por la ciudadanía.


La molestia de los campechanos llegó a su límite. El sistema de transporte Ko´ox, presentado como una “revolución en la movilidad”, se convirtió en uno de los mayores fracasos de la administración de Layda Sansores. Las quejas por los transbordos imposibles, las largas esperas, las rutas mal diseñadas y la desorganización diaria obligaron a la gobernadora a anunciar ajustes de emergencia en tres líneas principales. Un cambio que no responde a estrategia alguna, sino al enojo masivo de la población.
Durante su programa “Martes del Jaguar”, Sansores trató de justificar las modificaciones como parte de un “proceso natural de ajuste”, pero la realidad es evidente: el Ko´ox no estaba listo. Fue lanzado sin estudios previos, sin pruebas operativas y sin escuchar a quienes dependen del transporte público para trabajar, estudiar o mover a sus familias. El resultado fue un desastre que afectó a miles de usuarios desde el primer día.
El sistema de transbordo, que debía ser el corazón del proyecto, terminó siendo su peor error. Los pasajeros se vieron obligados a caminar largas distancias entre paradas improvisadas, perder tiempo en traslados absurdos y soportar unidades saturadas y tardías. La indignación creció cada día, con videos, testimonios y denuncias que exhiben el caos de un sistema que prometió modernidad, pero entregó desorden y frustración.
La gobernadora, lejos de asumir responsabilidad, pidió “paciencia” a los ciudadanos, como si el tiempo y el sacrificio de miles de campechanos fueran un detalle menor. Su mensaje, lleno de justificaciones, solo agravó el malestar: Campeche no necesita paciencia, necesita competencia, algo que su gobierno ha sido incapaz de mostrar.
Este episodio deja en evidencia un patrón ya conocido en la administración de Sansores: proyectos anunciados con bombo y platillo, pero sin planeación real, sin estudios y sin visión técnica. El Ko´ox se suma a la lista de decisiones improvisadas que terminan pagadas por la ciudadanía.
El enojo no es casual; es resultado directo de un gobierno que privilegia la propaganda sobre la realidad. Mientras Layda produce videos y discursos triunfalistas, la gente pierde horas de su vida atrapada en un sistema que nunca debió lanzarse en esas condiciones.
Hoy, los campechanos no exigen “ajustes”: exigen respeto. Y exigen un transporte digno, funcional y pensado para ellos, no para la imagen política de la gobernadora. Porque el Ko´ox, tal como se lanzó, no fue un proyecto de movilidad… fue un experimento fallido. Y como tantos otros, terminó explotando en las manos de Layda Sansores.