Guanajuato al límite: el PAN insiste en el Acueducto Solís-León y desata protesta frente al Congreso

Mientras el PAN empuja un endeudamiento millonario para el Acueducto Solís-León, ciudadanos y productores acusan al gobierno panista de dar la espalda al campo y cargar el costo del proyecto a la gente.

12/13/20252 min read

Desde muy temprano, el hartazgo comenzó a tomar forma frente al Congreso de Guanajuato. Pancartas, gorras y playeras con mensajes de rechazo se agruparon en la explanada legislativa, donde alrededor de un centenar de personas alzaron la voz contra el Acueducto Solís-León, un proyecto que el gobierno del PAN insiste en sacar adelante pese a la oposición social que crece día a día.

La protesta coincidió con la sesión de la Comisión de Hacienda, en la que se analiza la solicitud de un crédito por 4 mil millones de pesos impulsada por el Ejecutivo estatal. Para los manifestantes, este endeudamiento no solo es innecesario, sino peligroso: advierten que el costo real terminará recayendo en los bolsillos de la ciudadanía a través de más impuestos, mientras el campo sigue abandonado y sin apoyos reales.

El mensaje frente al Congreso fue claro. Quienes se manifestaron denunciaron que el proyecto no es viable ni social ni ambientalmente, y que responde más a decisiones cupulares del PAN que a una planeación responsable del uso del agua. Señalaron que, en lugar de invertir en tecnificación del riego, rescate de presas o apoyo directo a las comunidades agrícolas, el gobierno panista prefiere comprometer las finanzas del estado con un megaproyecto que beneficia a unos cuantos.

La molestia se intensifica porque, pese a las reiteradas promesas oficiales, persiste el temor de que el Acueducto Solís-León termine afectando el abasto de agua en las zonas rurales. Para los productores, el discurso del PAN de que “no se le quitará el agua a nadie” ya no genera confianza. Acusan opacidad, falta de información técnica clara y una negativa sistemática a escuchar a las comunidades que dependen directamente del recurso hídrico para sobrevivir.

Durante la manifestación, los inconformes permanecieron a la espera de que se les permitiera el acceso al recinto legislativo, buscando ser escuchados por diputadas y diputados que, aseguran, han actuado más como operadores del proyecto del PAN que como representantes de la ciudadanía. El ambiente fue de tensión contenida, reflejo de un conflicto que lejos de apagarse, se profundiza.

Este nuevo episodio exhibe el desgaste del gobierno panista en Guanajuato. A la par de la crisis de seguridad, el endeudamiento y los conflictos por el agua, el Acueducto Solís-León se ha convertido en símbolo de una forma de gobernar que prioriza obras polémicas y decisiones unilaterales por encima del diálogo social. Para quienes protestaron, el problema ya no es solo el proyecto, sino un PAN que, una vez más, parece decidido a imponer su agenda aunque eso signifique enfrentar a la propia gente de Guanajuato.