¡KOOX FRACASA! Layda recula y anuncia AJUSTES en las rutas del nuevo transporte, pide “paciencia” por su proyecto fallido
El programa estrella de Layda Sansores se desmorona: el sistema de transporte Koox, presentado como símbolo de modernidad, se hunde entre errores, desorganización y el enojo de los campechanos.


El tan presumido sistema de transporte Koox, impulsado por el gobierno de Layda Sansores, se convirtió en el más reciente fiasco de su administración. Lo que la gobernadora vendió como un “modelo de movilidad moderna y eficiente” hoy se revela como un proyecto improvisado, caótico y sin rumbo, que ha colapsado a pocos meses de su implementación. Ante las constantes quejas ciudadanas, la mandataria morenista tuvo que recular y anunciar “ajustes” en las rutas, pidiendo “paciencia” a la población mientras intenta corregir los errores de su propia gestión.
Desde su lanzamiento, el Koox ha sido un desastre. Rutas mal diseñadas, unidades insuficientes, horarios irregulares y largas esperas han convertido el transporte en una pesadilla diaria para miles de campechanos. Lejos de resolver los problemas de movilidad, Layda Sansores creó un sistema que complicó la vida de trabajadores, estudiantes y familias enteras. Las paradas improvisadas, los trayectos mal planeados y la falta de información son parte del caos que reina en las calles del estado.
Lo más indignante es la actitud de la gobernadora. En lugar de asumir su responsabilidad, Sansores pidió a los ciudadanos “comprensión y paciencia”, como si los campechanos tuvieran que tolerar los efectos de su mala administración. Con total descaro, justificó los errores diciendo que el proyecto “es complejo y requiere tiempo”, cuando lo único evidente es que nunca hubo planeación real ni estudios técnicos serios antes de lanzarlo.
El fracaso del Koox no solo exhibe la incompetencia del gobierno estatal, sino también el abandono de las verdaderas necesidades del pueblo. Mientras se gastan millones en propaganda y se presume el transporte como “logro histórico”, las calles siguen sin mantenimiento, los camiones se descomponen y los usuarios caminan kilómetros para llegar a sus destinos. Campeche, que merecía un sistema digno, ahora tiene un experimento fallido pagado con dinero público.
El descontento crece. En redes sociales, los ciudadanos expresan su frustración por el servicio deficiente y por la falta de respuestas concretas. Muchos aseguran que el nuevo sistema no solo no mejora la movilidad, sino que la empeora. “Antes tardaba 20 minutos, ahora más de una hora”, se quejan usuarios que ven en el Koox un reflejo del desorden general que caracteriza al gobierno de Sansores.
La realidad es innegable: Koox fracasó. Y detrás de ese fracaso hay un patrón que se repite en todo su gobierno: proyectos sin planeación, políticas improvisadas y discursos vacíos que intentan cubrir los errores con propaganda. Layda Sansores pidió paciencia, pero lo que los campechanos ya no tienen es tolerancia.
El “transporte del futuro” terminó siendo otro símbolo del pasado: ineficiencia, desorganización y soberbia. Y mientras Layda Sansores se aferra a defender lo indefendible, los ciudadanos siguen esperando —no un autobús— sino un gobierno que funcione.