Manlio Fabio Beltrones: el rostro de la impunidad
El nombre de Manlio Fabio Beltrones es, para millones de mexicanos, sinónimo de impunidad, corrupción y violencia. Un hombre que tiene un largo historial de señalamientos graves que, pese a su magnitud, nunca han tenido consecuencias judiciales.
POLÍTICA NACIONAL


Beltrones no carga solo con antecedentes políticos, sino con un expediente público de acusaciones que incluyen corrupción, lavado de dinero y vínculos con el narcotráfico.
El país entero recuerda la llamada “Operación Zafiro”, un esquema de desvío de recursos públicos que habría saqueado hasta 250 millones de pesos de las arcas estatales. Un robo monumental que, una vez más, quedó en la impunidad.
Incluso fue señalado por presuntas operaciones de lavado de dinero en Andorra, sin que ello derivara en sanciones. Asimismo, distintos medios han expuesto un crecimiento patrimonial difícil de explicar y la participación de familiares y allegados en negocios.
El mensaje ha sido claro: en México, ciertos nombres parecen intocables.
Pero el cinismo ha llegado a otro nivel, el suplente de Beltrones en el senado, Iván Jaimes Archundia, fue colocado en un puesto estratégico dentro de la Cámara Alta, al integrarse a la Comisión Permanente de Morena. Este nombramiento representa un acto de protección política directa al entorno de uno de los personajes más cuestionados.
La operación política apunta a Adán Augusto López, quien ha funcionado como protector de la red de intereses ligada a Beltrones, asegurando espacios de poder y blindaje político a su círculo cercano.
Este movimiento confirma el pacto de impunidad que Morena ha consolidado: la protección de políticos señalados por corrupción a cambio de acuerdos políticos, la neutralización de cualquier postura de oposición y la consolidación de su poder y su proyecto autoritario.