Movimiento Ciudadano: la gran estafa disfrazada de “nueva política”


Movimiento Ciudadano insiste en venderse como la alternativa fresca, moderna e innovadora de la política mexicana. Pero detrás del discurso reciclado y los colores llamativos, se esconde lo peor de la vieja política: oportunismo, traición y simulación.
Al frente de esta farsa, Jorge Álvarez Máynez se ha convertido en el símbolo de todo lo que está mal con MC. Un personaje con una trayectoria política irrelevante, más conocido por sus excesos que por sus logros. Su campaña fue un espectáculo de evasivas, frases vacías y poses estudiadas para las redes sociales, mientras el país exigía respuestas serias. Máynez no representa una opción: representa el colmo del cinismo político.
Movimiento Ciudadano no es un refugio de ideas, sino un nido de traidores, un punto de encuentro para aquellos que ya no tienen cabida en otros partidos por su historial turbio. Uno de los casos más representativos es el de Pedro Armentía, quien, después de navegar entre colores y promesas incumplidas, ahora pretende reinventarse bajo las siglas de MC como si cambiarse de camiseta borrara su pasado.
En realidad, Movimiento Ciudadano es el disfraz perfecto para los mismos de siempre, solo que con otro nombre y una estrategia de marketing millennial. No son lo nuevo: son la misma podredumbre envuelta en papel brillante.
Mientras se autoproclaman como “el futuro”, los hechos los condenan. Porque si el futuro de México está en manos de los charlatanes, los oportunistas y los reciclados políticos de siempre, entonces estamos ante una gran estafa disfrazada de alternativa.