Movimiento Ciudadano permite el desorden total: la venta ilegal de pirotecnia en Monterrey evoluciona ante la nula vigilancia del gobierno

La operación clandestina de pirotecnia sigue activa en el corazón de Monterrey, mientras el gobierno de Movimiento Ciudadano demuestra —otra vez— que no tiene control ni capacidad para hacer cumplir la ley.

POLÍTICA NACIONAL

12/11/20252 min read

La venta ilegal de pirotecnia en Monterrey, lejos de disminuir tras las advertencias oficiales, simplemente cambió de forma. Y este cambio, tan rápido como evidente, exhibe el profundo vacío de autoridad que caracteriza al gobierno de Movimiento Ciudadano en Nuevo León. Los ambulantes no solo se mantuvieron activos: perfeccionaron un sistema improvisado pero efectivo para evadir a una administración que parece siempre llegar tarde, cuando llega.

Tras la exposición pública del problema, el alcalde anunció operativos y mano dura, pero en las calles ocurrió lo contrario. Vendedores sin mercancía visible ofrecen el producto a plena luz del día, realizan el cobro directamente en la vía pública y, una vez asegurado el dinero, caminan hacia bodegas cercanas para entregar la pirotecnia como si se tratara de una compra rutinaria. El mensaje es claro: Movimiento Ciudadano no tiene control ni siquiera en el Centro de Monterrey, el punto más vigilado —al menos en teoría— de toda la ciudad.

Lo alarmante no es solo la venta, sino lo que revela: comerciantes que se reorganizan en cuestión de horas, mientras la autoridad permanece ausente, sin operativos, sin decomisos, sin presencia real. Los anuncios del gobierno municipal quedaron en mera retórica, en declaraciones que se evaporan ante la mínima confrontación con la realidad. Es la muestra perfecta de cómo funciona la administración naranja: mucha conferencia, poca acción.

Mientras tanto, el riesgo para la población aumenta. La pirotecnia ilegal no solo afecta con ruido y contaminación; representa un peligro real para niños, familias, mascotas y transeúntes. Pero para Movimiento Ciudadano, que ni siquiera puede frenar una actividad que se desarrolla en pleno centro, estos peligros parecen secundarios frente a su obsesión por el discurso y la imagen.

La nueva modalidad de venta clandestina confirma lo que muchos ya saben: las calles se gobiernan solas, y quienes deberían garantizar orden y seguridad simplemente no están. Bajo la mirada complaciente de Movimiento Ciudadano, los vendedores no se esconden; se adaptan, se multiplican y operan con plena confianza de que no habrá consecuencias.

Una autoridad que no logra controlar ni la venta ilegal frente a sus propios edificios difícilmente podrá enfrentar problemas mayores. Este episodio es solo otro recordatorio de cómo se ha permitido que el desorden avance, mientras el gobierno naranja sigue prometiendo lo que nunca ejecuta.