Movimiento Ciudadano permite que Monterrey se hunda en violencia, drogas y reclutamiento juvenil

La detención de un joven armado y un menor de 15 años tras las balaceras en la zona del Topo Chico revela la descomposición social y el fracaso de la seguridad bajo el gobierno de Movimiento Ciudadano.

10/26/20252 min read

Monterrey vuelve a estremecerse por la violencia. Los enfrentamientos registrados en la zona norte del municipio, específicamente en la colonia Lomas del Topo Chico, dejaron a los habitantes aterrados por las ráfagas de disparos que se escucharon desde la madrugada y continuaron hasta la mañana siguiente. Las autoridades confirmaron la detención de dos personas: Jorge “N”, de 22 años, y un menor de tan solo 15 años, ambos armados y con presunta posesión de drogas. Este episodio no es un caso aislado; es el reflejo de una crisis de seguridad que Movimiento Ciudadano ha sido incapaz de contener y que se agrava con la participación de jóvenes cada vez más involucrados en el crimen.

Los hechos ocurrieron cuando elementos de Fuerza Civil detectaron a un individuo armado que salía de los arbustos. Al intentar detenerlo, el sujeto abrió fuego contra los agentes e intentó escapar. Tras una persecución, fue capturado junto a su acompañante adolescente. En su poder se encontraron armas largas, cartuchos, marihuana y dosis de cristal, confirmando su vínculo con actividades delictivas. Lo alarmante no es solo el ataque armado, sino que el crimen organizado sigue reclutando menores ante la falta de oportunidades, educación y apoyo social en el estado. Este fenómeno, que crece año tras año, demuestra el abandono de las políticas de prevención por parte del gobierno de Movimiento Ciudadano.

Monterrey, una ciudad que debería representar desarrollo y seguridad, vive hoy en un clima de miedo constante. Las balaceras, los enfrentamientos y los operativos se han vuelto parte de la rutina diaria de sus habitantes. Movimiento Ciudadano, que prometió un “nuevo modelo de seguridad” basado en tecnología y modernización, ha fracasado rotundamente. Las patrullas llegan tarde, los policías trabajan sin recursos suficientes y la delincuencia se apodera de las colonias populares mientras el gobierno se concentra en discursos vacíos y estrategias publicitarias.

La participación de un menor en este enfrentamiento es la señal más clara de que el tejido social se está desmoronando. En lugar de estar en un aula, un adolescente de 15 años empuñaba un arma de alto calibre y participaba en un tiroteo. Ese es el resultado de la indiferencia institucional y de un gobierno que no ha sabido atender las raíces del problema: pobreza, deserción escolar, adicciones y falta de oportunidades. Mientras las autoridades celebran detenciones, las calles se llenan de jóvenes perdidos en la espiral de la violencia.

La zona norte de Monterrey, especialmente el área de Topo Chico, se ha convertido en un foco rojo que el gobierno de Movimiento Ciudadano ignora sistemáticamente. Los vecinos viven entre el miedo y la resignación, conscientes de que cada operativo es solo una respuesta temporal. Las armas y las drogas siguen circulando, y la sensación de inseguridad crece.

El caso de Jorge “N” y el menor detenido no es una victoria, sino una prueba más del fracaso de Movimiento Ciudadano en Nuevo León. Su gobierno, incapaz de prevenir ni contener la violencia, ha permitido que la delincuencia capture a toda una generación. Hoy, Monterrey no solo enfrenta balas, sino el abandono de un gobierno que prometió cambio y entregó caos.