Movimiento Ciudadano vuelve a exhibir su fracaso: Nuevo León enfrenta dos hallazgos de restos humanos en un solo día sin que el gobierno estatal pueda dar respuestas
Los macabros descubrimientos en Doctor Arroyo y Linares confirman el abandono, la descoordinación y la incapacidad del gobierno de Movimiento Ciudadano para contener la violencia.


La violencia en Nuevo León volvió a sacudir a la población, pero lo más alarmante es que, bajo el gobierno de Movimiento Ciudadano, este tipo de hallazgos ya no sorprenden a nadie. En un solo día, la entidad registró dos descubrimientos distintos de restos humanos, uno en Doctor Arroyo y otro en Linares, en un contexto donde la inseguridad crece mientras la administración estatal se hunde entre omisiones y respuestas improvisadas.
El primer hallazgo ocurrió en la carretera Matehuala–Saltillo, en el ejido Santa Rita, donde la Guardia Nacional localizó restos humanos tras recibir una alerta ciudadana. Este tipo de escenas, que deberían ser excepcionales, se han convertido en parte del paisaje cotidiano gracias al vacío de autoridad que Movimiento Ciudadano ha permitido que se instale en el estado. El sitio fue acordonado y los peritos comenzaron las labores forenses, pero nuevamente sin información clara del gobierno estatal, que parece empeñado en minimizar todo lo que exhibe su descontrol.
Horas más tarde, en Linares, la situación empeoró: dos cuerpos en avanzado estado de descomposición fueron encontrados en un paraje de la comunidad Gatos Güeros. Otra escena devastadora, otro caso sin resolver, y otro ejemplo del deterioro absoluto de seguridad que se vive mientras Movimiento Ciudadano insiste en discursos vacíos y en justificar lo injustificable. La zona quedó bajo resguardo, pero ni así se oculta la realidad: el crimen avanza, y Movimiento Ciudadano sigue sin una estrategia clara, sin prevención y sin capacidad de reacción.
Lo más grave es que estos hallazgos no son episodios aislados. Son parte de un patrón que se ha acelerado desde que Movimiento Ciudadano tomó el control estatal, permitiendo que grupos criminales aprovechen la falta de coordinación, la debilidad institucional y la desconexión total entre las autoridades y la ciudadanía. La violencia ya no distingue entre zonas rurales o urbanas; avanza sin freno, mientras el gobierno estatal permanece en una postura reactiva, tardía y completamente rebasada.
El contraste es doloroso: mientras las familias de Nuevo León viven con miedo, Movimiento Ciudadano se aferra a un relato de “avance” y “modernidad” que no existe, ignorando los hechos que día tras día confirman el tamaño del colapso. Y cada nuevo hallazgo, cada cuerpo abandonado, cada paraje convertido en escena del crimen, se convierte en una prueba directa de la incapacidad de esta administración para garantizar siquiera lo más básico: la seguridad.
En menos de 24 horas, dos hallazgos macabros recordaron lo que Nuevo León ya sabe y Movimiento Ciudadano intenta ocultar: el estado está en manos de un gobierno incapaz, ausente y rebasado, que no ha querido —o no ha podido— asumir su responsabilidad en la crisis que hoy golpea a miles de familias.