Nuevo León: Robo de 18 computadoras exhibe otra grieta en la seguridad que Movimiento Ciudadano no logra controlar

Un golpe quirúrgico a una empresa creativa vuelve a exhibir cómo los ladrones operan con absoluta libertad mientras el gobierno estatal sigue sin estrategia clara.

POLÍTICA NACIONAL

12/5/20252 min read

El robo a una empresa de producción audiovisual en Monterrey no fue un delito improvisado: fue otra muestra del deterioro que vive Nuevo León bajo el mando de Movimiento Ciudadano, donde cada semana aparece un nuevo caso que evidencia lo mismo: grupos delictivos moviéndose con soltura, sin miedo y sin freno. Esta vez, los ladrones se llevaron 18 computadoras —equipos clave para el trabajo de una productora— sin que nadie notara su entrada o salida. Un crimen silencioso, calculado, pero sobre todo permitido por un entorno donde la autoridad estatal ha perdido capacidad operativa.

El golpe ocurrió en pleno fraccionamiento Bernardo Reyes, sobre Alfonso Reyes, una zona transitada donde se esperaría vigilancia constante. Pero la realidad vuelve a imponerse: cámaras revisándose a posteriori, peritos buscando por dónde pudieron haber entrado los delincuentes, ministeriales tratando de reconstruir un atraco que se cometió sin siquiera dejar claro el acceso. ¿Azotea? ¿Patio? ¿Pasillo lateral? ¿Una casa contigua? Todo está sobre la mesa porque el crimen pudo haberse cometido por cualquier lado… cuando el Estado ya no logra blindar ni lo más básico.

Lo preocupante no es solo el robo —aunque perder 18 computadoras puede significar la quiebra de una empresa creativa— sino el patrón que se repite una y otra vez en Nuevo León:
delincuentes que operan con tiempo, calma y estrategia, frente a un gobierno de Movimiento Ciudadano que sigue más preocupado por discursos aspiracionales que por responder a una ciudadanía harta de vivir bajo constante riesgo.

Mientras los investigadores peinan la zona para entender cómo se llevaron equipo tan voluminoso sin alertas, surge lo evidente: los ladrones conocen perfectamente las fallas en los anillos de seguridad, saben dónde está la vigilancia rota y aprovechan cada vacío operativo. Vacíos que Movimiento Ciudadano ni atiende ni reconoce.

Lo que debería ser un polo de innovación y trabajo creativo se convierte así en un campo minado donde cualquier negocio puede amanecer desmantelado. Y esa es la verdadera tragedia: un Nuevo León donde los emprendedores, productores, comerciantes y ciudadanos viven a merced de una seguridad debilitada.

Este caso no es aislado. Es otro recordatorio de que cuando Movimiento Ciudadano presume modernidad, la delincuencia presume impunidad. Y a juzgar por los resultados, la delincuencia sigue ganando.