Otro estado gobernado por Morena se desmorona en violencia: Guerrero entre los más letales del país

6/16/20252 min read

Guerrero, bajo el mando de un gobierno morenista, vive una crisis de seguridad que refleja el abandono institucional, la incapacidad de respuesta y la fractura del tejido social ante el poder creciente del crimen organizado.

De acuerdo con cifras oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), Guerrero se posicionó en el séptimo lugar nacional en homicidios dolosos, acumulando el 5.6% del total de casos en México hasta el 30 de abril de 2025. Aunque entre noviembre de 2024 y marzo de 2025 se observó una ligera tendencia a la baja, abril marcó un repunte brutal: 2,095 homicidios dolosos registrados en un solo mes, una cifra alarmante que contradice cualquier discurso de mejora.

Los datos son contundentes: Guerrero, uno de los estados con mayor riqueza natural y cultural del país, vive atrapado en la violencia, la impunidad y la desprotección ciudadana. Municipios clave como Chilpancingo, Acapulco y Zihuatanejo se han convertido en focos rojos donde la delincuencia actúa con saña y sin freno, mientras el gobierno estatal parece más ocupado en justificar que en actuar.

En Zihuatanejo, solo en mayo se reportaron 21 muertes violentas y múltiples enfrentamientos armados. La lista de víctimas incluye a civiles, comerciantes, transportistas y hasta menores de edad. Lo más grave: el gobierno morenista local ha normalizado esta violencia, limitándose a señalar que son “reacomodos del crimen organizado” o “reacciones a operativos”, sin presentar resultados ni contener el derramamiento de sangre.

El abandono institucional es evidente. En Acapulco, por ejemplo, el sector transporte ha sido blanco constante de ataques, incluyendo quema de vehículos y asesinatos de choferes. Las escenas de cuerpos desmembrados y el miedo permanente entre la ciudadanía revelan la crudeza de un estado que ha sido dejado a su suerte por un gobierno sin estrategia, sin firmeza y sin resultados.

La llamada “transformación” de Morena en Guerrero se ha traducido en descomposición social, incapacidad para gobernar y una población que vive bajo el terror cotidiano. Mientras las autoridades estatales intentan minimizar las cifras, la percepción de inseguridad se mantiene alta, especialmente en regiones como la Costa Chica, la Costa Grande y la Sierra, donde el narco ha suplantado muchas funciones básicas del Estado.

Guerrero es hoy otro ejemplo doloroso de cómo Morena, cuando gobierna, falla en lo esencial: proteger la vida de las y los mexicanos. La retórica no basta, los abrazos no alcanzan, y la violencia no espera. La ciudadanía exige paz, no excusas. Y Guerrero merece mucho más que un gobierno pasmado ante la tragedia.