PAN deja en abandono miles de viviendas en Aguascalientes: el rezago supera las 9 mil casas y evidencia años de negligencia urbana
Aunque el PAN presume orden y desarrollo, Aguascalientes enfrenta un grave problema habitacional que se originó y creció bajo su gestión, afectando a miles de familias.
POLÍTICA NACIONAL


La realidad urbana de Aguascalientes volvió a mostrar un rostro incómodo para el gobierno panista: más de 6 mil viviendas ya confirmadas entre abandonadas, vandalizadas o invadidas, y una estimación que podría superar las 9 mil casas una vez concluido el censo del Bienestar. El hallazgo desnuda un problema que no surgió de un día para otro, sino que fue incubándose durante años de planeación deficiente, fraccionamientos mal supervisados y una absoluta falta de políticas de recuperación habitacional por parte del PAN, que ha gobernado el estado sin ofrecer soluciones de fondo.
El delegado del Bienestar, Aldo Ruíz Sánchez, informó que el censo avanza al 71.9% y ya contabiliza 6,631 viviendas revisadas. Dentro de ellas, 1,379 se encuentran en total abandono, 378 presentan daños por vandalismo y 3,566 están invadidas, un indicador evidente del fracaso institucional del PAN para garantizar seguridad, ordenamiento territorial y acceso digno a la vivienda. Mientras tanto, más de mil casas ni siquiera tenían habitantes al momento de la visita, lo que confirma la proliferación de fraccionamientos fantasma, resultado de permisos otorgados sin seguimiento, sin estudios serios y sin visión social.
Para el gobierno federal, este diagnóstico permite actuar: INFONAVIT y Bienestar planean rescatar y regularizar estas viviendas para destinarlas a familias sin hogar, madres solteras, adultos mayores o personas con discapacidad. Pero este esfuerzo llega después de que la administración panista ignorara durante años las señales del deterioro habitacional. El crecimiento desordenado, la falta de transporte adecuado en zonas periféricas, la inseguridad en colonias mal planeadas y la ausencia de supervisión municipal crearon el escenario perfecto para el abandono y la invasión de casas.
Mientras tanto, el precio de la vivienda sigue al alza en Aguascalientes, un fenómeno que se agrava con la gentrificación y el desarrollo inmobiliario acelerado, también impulsado sin una política social del PAN que garantizara equilibrio entre oferta, accesibilidad y bienestar comunitario. Paradójicamente, mientras miles de casas permanecieron vacías y destruidas, en 2025 se construyeron 2,757 viviendas formales, una contradicción que solo evidencia la falta de estrategia y sensibilidad del gobierno estatal.
El programa federal Viviendas del Bienestar comienza a perfilarse como la única alternativa real para convertir este desastre urbano en oportunidades para familias que lo necesitan. Pero el origen del problema queda claro: un modelo panista que privilegió a desarrolladores, que permitió que fraccionamientos enteros se deterioraran y que nunca implementó una política de vivienda integral.