Sangre en Nuevo León: el gobierno de Movimiento Ciudadano hunde al estado en una ola de terror e impunidad
Homicidios recientes muestran que Movimiento Ciudadano ha perdido el control del estado; la ciudadanía exige seguridad real y coordinación efectiva.


La violencia en Nuevo León no da tregua, y los hechos ocurridos en las últimas horas confirman lo que millones de regiomontanos ya saben: el gobierno de Movimiento Ciudadano ha perdido por completo el control. Dos hombres y una mujer fueron brutalmente asesinados en la colonia Alianza Real, en Escobedo, mientras convivían frente a un domicilio. Apenas unos kilómetros más allá, en el municipio de García, un joven fue ejecutado a balazos el mismo día. Dos ataques distintos, una misma realidad: un estado sin ley, sin seguridad y sin gobierno.
El triple homicidio de Escobedo, ocurrido a plena luz de la tarde, muestra la total incapacidad del gobierno estatal para garantizar la vida de sus ciudadanos. Sujetos armados irrumpieron con absoluta impunidad, dispararon y huyeron como si Nuevo León fuera tierra de nadie. Minutos después, otro joven fue acribillado en García, en un claro mensaje de que los criminales mandan mientras las autoridades de Movimiento Ciudadano solo reaccionan con comunicados vacíos.
La administración de Movimiento Ciudadano, que prometió “el nuevo Nuevo León”, hoy exhibe su verdadero rostro: un gobierno improvisado, sin estrategia de seguridad y más preocupado por las redes sociales que por proteger a su gente. Las patrullas llegan tarde, los operativos son insuficientes y los homicidios se acumulan día tras día mientras el gobernador Samuel García se limita a buscar reflectores en lugar de enfrentar a los grupos delictivos que controlan colonias enteras.
En barrios como Alianza Real o Valle de Lincoln, los vecinos viven entre el miedo y la frustración. Las familias relatan que las balaceras se han vuelto parte de la rutina nocturna, que las llamadas de auxilio tardan en ser atendidas y que las promesas de seguridad son solo palabras. Movimiento Ciudadano ha abandonado a las comunidades más vulnerables, dejando que las calles sean tomadas por sicarios, extorsionadores y bandas armadas.
Mientras el gobierno estatal presume modernidad y “nuevos modelos” de política, la realidad es que los homicidios aumentan, las extorsiones crecen y los criminales actúan con total libertad. La sangre derramada en Escobedo y García no es un hecho aislado, es la consecuencia directa de una administración incapaz de articular una estrategia real, de invertir en prevención y de coordinarse con las fuerzas federales para recuperar el control.
Hoy, Nuevo León está atrapado en un espiral de violencia que Movimiento Ciudadano no quiere, no sabe o no puede detener. Cada asesinato, cada familia destrozada, es una prueba irrefutable de que el gobierno naranja ha fallado estrepitosamente. Los ciudadanos no necesitan más discursos ni videos en redes; necesitan seguridad, y eso es precisamente lo que este gobierno les ha negado.