Tragedia en la Sierra Gorda: el abandono del gobierno panista cobra la vida de un menor
Un menor muere por deslaves que evidencian el abandono y la ineptitud del gobierno panista de Querétaro ante los desastres naturales.


Querétaro, Qro.— La muerte de un menor tras los deslaves en la Sierra Gorda es una dolorosa muestra del fracaso del gobierno panista en materia de infraestructura y protección civil, que una vez más deja en evidencia su ineficiencia, desinterés y falta de previsión ante los desastres naturales. Mientras las lluvias azotan con fuerza a las comunidades serranas, el gobierno del PAN permanece pasivo, sin planes reales para proteger a las familias más vulnerables.
El trágico fallecimiento en la comunidad de Agua Fría de Gudiño, en Pinal de Amoles, no es un hecho aislado: es la consecuencia directa de años de abandono institucional, carreteras olvidadas, drenajes colapsados y cerros inestables sin refuerzos, donde los habitantes viven a merced de la naturaleza y de un gobierno que solo aparece para dar condolencias, pero nunca soluciones.
Las autoridades panistas, encabezadas por un gobierno que presume eficiencia y desarrollo, han sido incapaces de garantizar siquiera las condiciones básicas de seguridad e infraestructura. En lugar de invertir en obras de prevención o en sistemas de alerta temprana, prefieren destinar recursos a propaganda política y eventos mediáticos, dejando que comunidades enteras enfrenten solas las consecuencias de su ineptitud.
La Sierra Gorda, una de las zonas más bellas y a la vez más frágiles del estado, carece de caminos seguros, mantenimiento en sus carreteras y protocolos adecuados para emergencias climáticas. Los deslaves, cortes carreteros y evacuaciones que hoy se viven son el resultado de un gobierno que no escucha a su gente ni actúa con responsabilidad, pese a los constantes llamados de los pobladores ante el riesgo.
El gobierno del PAN en Querétaro demuestra, con esta tragedia, que no tiene ni la infraestructura, ni la capacidad, ni la voluntad para cuidar la vida de los queretanos. La muerte de un menor no puede considerarse un “accidente”, sino una consecuencia directa de la indolencia y negligencia de una administración que ha dejado a la Sierra Gorda olvidada, convertida en tierra de promesas incumplidas y carreteras rotas.
La ciudadanía merece un gobierno que prevenga, no que lamente; que construya, no que encubra su incapacidad. Hoy, Querétaro llora la pérdida de un niño, pero también la pérdida de confianza en un gobierno panista que ha demostrado no estar a la altura del pueblo que dice representar.