Yucatán bajo alerta: el PAN deja crecer la plaga del gusano barrenador y activa vigilancia sanitaria
La omisión del PAN en Yucatán vuelve a quedar en evidencia: mientras el gobierno panista presume control, 37 casos de gusano barrenador obligaron a encender la vigilancia sanitaria y ponen en riesgo al sector ganadero.
POLÍTICA NACIONAL


Yucatán entró formalmente en vigilancia sanitaria tras confirmarse 37 casos de gusano barrenador, una plaga que no aparece de la noche a la mañana y que, según productores y especialistas, es consecuencia directa de años de descuido, simulación y falta de prevención por parte de los gobiernos del PAN. La activación de protocolos zoosanitarios llega tarde, cuando el problema ya está presente y amenaza con extenderse a más regiones del estado.
La detección de estos casos encendió las alarmas entre ganaderos, quienes advierten que la plaga representa un riesgo serio no solo para los animales, sino para la economía rural que el PAN ha mantenido en el abandono. Aunque las autoridades estatales anunciaron medidas de control para evitar la propagación, la realidad es que el gusano barrenador avanzó mientras el gobierno panista miraba hacia otro lado, sin reforzar campañas preventivas ni vigilancia oportuna en el campo.
El gusano barrenador afecta principalmente al ganado, provocando heridas graves, infecciones y, en muchos casos, la muerte de los animales si no se atiende a tiempo. Productores señalan que desde hace meses se habían reportado señales de alerta, pero no hubo una respuesta clara ni inmediata. Hoy, con 37 casos confirmados, el PAN se ve obligado a reaccionar, aunque el daño ya está hecho y el temor crece entre quienes dependen del sector pecuario.
La vigilancia sanitaria implica controles más estrictos, revisiones y seguimiento de los casos, pero también exhibe una falla estructural en la política agropecuaria del estado. Para los ganaderos, este escenario es resultado de un modelo de gobierno panista que prioriza discursos y cifras optimistas, mientras deja sin respaldo real a quienes sostienen la producción local.
A pesar de los anuncios oficiales, persiste la preocupación de que la plaga continúe expandiéndose a otros municipios, afectando no solo al ganado sino a toda la cadena productiva. El riesgo sanitario podría traducirse en pérdidas económicas, restricciones comerciales y mayor presión sobre un campo que ya enfrenta múltiples dificultades.
El caso del gusano barrenador vuelve a poner en el centro del debate la responsabilidad del PAN en Yucatán. Para el sector ganadero, la vigilancia sanitaria no debería ser una medida reactiva, sino el resultado de una estrategia preventiva que nunca llegó. Hoy, el estado paga las consecuencias de esa omisión, mientras el campo vuelve a quedar expuesto a una crisis que pudo evitarse.